El
otoño del 98 se me ocurrió reproducir ese dibujo en óleo. Quedaba
interesante, pero los parones son lo peor... El pincel se desentrena,
se pierde la costumbre de pintar... se vuelve uno holgazán...
En fín! un desastre en mi taller. Aunque no he perdido el tiempo;
mientras, he imaginado historias, he corrido aventuras, y he estado
viajando alrededor del mundo...