Bueno, no manejo los pinceles como Monet, ni como Caillebot, ni como Bouveret, ni mucho menos como Velázquez, pero en este cuartito lleno de luz, me siento en el cielo. Imagino cosas, luego intento pintarlas. Ahora llevo unos meses desganada. Creo que necesito un empujón. Lo último que pinté fue un bosque bañado por la luz de la luna. Si quieres verlo busca el enlace a la derecha
ALGUNOS COMENTARIOS No tenía ni idea de que a Napoleón le entusiasmaba el pollo, hasta hace unos meses, cuando tuve entre manos la novela de Jeanette Winterson: "La Pasión". Empieza así: "Napoleón tenía tal pasión por el pollo que hacía trabajar día y noche a sus cocineros." Empecé a imaginarme la cocina, tal y como la describía la autora: una cocina de campamento, con pollos y gallinas colgando de las vigas del techo en "todos los grados de despojamiento"... Luego seguí imaginando por mi cuenta. Imaginé al diminuto Napoleón, paseando entre los cadáveres de los pollos, observando el desarrollo del asado en el espetón. Imaginé a los cocineros, nerviosos, dando vueltas a su alrededor. Napoleón no era capaz de ganar al billar a Josefina!