Poemas

Hijo mío:

hay que trabajar.
Con el sudor de tu frente
tienes que ganarte el pan.

Hijo, hijo mío:

hay que ser valiente
y mirar a la muerte
como a algo natural.

Hijo mío:
hay que amar.
Olvidar
el ego vanidoso
y mirarse en los ojos
de los demás.
Hay que comprender,
hay que disculpar.
Para que el corazón
no se vuelva de piedra,
hay que perdonar.

Hijo mío:
hay que aprender a confiar,
y disfrutar agradecidos
lo que el mundo nos da,
y saber que todo lo que uno hace
lo hace usando su plena libertad,
que siempre en el corazón
debe morar
Para ser un hombre libre,
a nada te debes atar

Letras que escapan de mis dedos,
cuando intento teclear
la palabra silencio
Letras que inundan mi vida
si me pongo a hablar
del mar
Letras quietas o excitadas
saltando sílabas brillantes
como una sala de dancing night
Letras solidarias, amistosas
letras traviesas o enrevesadas
todas son parecidas,
todas son diferentes,
todas me podrían hablar.

Los arcángeles cantaban
y sujetaban el mundo.
Entre sus alas ardían, en un baile,
pálidas llamas muertas.
Aquella danza nunca tenía n.
Él sostenía una rosa malva
entre sus manos atadas,
y ella...
... ella anhelaba aquella flor
que no era suya...
El mundo perecía despreciando
su sacrificio de relámpago
y, ajeno a aquel prodigio,
enmudecía...
... Enmudecía el mundo para siempre

Debes conformarte
Con el vértigo de años que resiste
La mirada fatal
De los espejos.

Acércate al cristal!
En su agonía veras pintados
Los recuerdos,
Las calles que
Pisabas sin verte reflejado
En ningún charco salido de la nada.
Excuso decirte
Lo que podrían consolarme
ahora tus manos
-soledades de absurdas
mitades desunidas-
Grito y digo

Que no hay nada en el mundo
como ellas.
Ahora puedes saber
De mi anclada existencia
Encarcelada.
Ya adviertes el prodigio
Llamándote con su corazón de Jumanji.
Sólo soy un náufrago cautivo
Absurda toda cuando estoy sin ti.

Contumaz es la memoria sin pausa,

que corre por la autopista de tus venas.

Salvaje es la memoria sin pausa,

violenta como la embriaguez extrema.

Astuta es la memoria sin pausa,

se ríe de tus estratagemas.

Sedienta va la memoria sin pausa,

sedienta va al acecho por sistema.

Y te asalta esa memoria, te asalta,

y te rapta del país de tus verbenas,

y te lleva sin permiso en un segundo,

cuál verdugo que te administra la pena