UNA APUESTA
La cena había sido espléndida. La compañía era agradable y las risas resonaban por toda la casa. Como había empezado a sentirse incómoda por los tacones y por las pestañas postizas, se excusó un momento con los invitados. Entró en su habitación y sacó del armario unos cómodos zuecos que se puso, aliviada, después de deshacerse de sus otros zapatos. Luego, fue al cuarto de baño y se quitó las pestañas. Las guardó en uno de los bolsillos que tenía en la camisa. Por fin, alguien propuso jugar al póker.
La timba se formó en cinco minutos. Después de algunas manos, la cosa se había puesto emocionante. Alguien dijo:
- ¡Nos vamos a jugar hasta las pestañas!
Ella, se sacó del bolsillo las suyas postizas y, arrojándolas sobre el tapete, dijo:
- ¡Ahí van las mías!
Valienteeeeeee….
qué arte !!!
besicos
(pc: voy buscando un lugar donde sirvan café, aquí no se sirve ???)