Si cerca o si lejos no lo determina la distancia.

Busco recuerdos... tropiezo con olvidos.

No sé salir ilesa de según qué recuerdos.

Cuanto más alto hablo menos se me escucha.

No sé si soy, no sé si existo, pero sé que estoy ahora en este sueño.

El aire que respiro me compensa de todo lo demás: Del agua que no beberé, de la palabra que no podré pronunciar, de la sangre que no se descongela, de la alegría que se mezcla con la pena.

Si escribo sin pensar es por todas las veces que pienso sin escribir.

Sonidos lejanos, próximos silencios.

Si no te miro mal es porque no te veo bien.

Palabras que se bifurcan no llegan a ningún puerto.

Me gustan los refranes por su ahorratividad: Explican el máximo con lo mínimo.

Mañana me espera un día feliz, voy a su encuentro.

Adiós

Según cuentan en una web que he estado viendo esta tarde, a veces la tripulación de los aviones tiene el día graciosillo.

Ejemplos.

Oído no se sabe en qué vuelo:

"En caso de una descompresión súbita en la cabina, bajarán unas máscaras desde el techo. Pare de chillar, agarre la máscara y colóquesela en la cara. Si viaja con un niño pequeño, termine de ponerse su máscara antes de ayudarle con la suya. Si viaja con más de uno, escoja a su favorito".

Oído en un vuelo de Southwest:

"Señoras y caballeros, si desean fumar, la sección de fumadores de este avión está sobre el ala, y si consiguen encender sus cigarrillos, pueden fumárselos".

Un avión despegó del aeropuerto Kennedy. Después de alcanzar una cómoda altitud de crucero, el Capitán hizo un anuncio por la megafonía:

"Señoras y caballeros, les habla el Capitán. Bienvenidos al vuelo número 293, sin escalas desde Nueva York hasta Los Angeles. Hace buen tiempo en nuestra ruta y, por lo tanto, debemos tener un viaje tranquilo y sin incidencias. De manera que pueden relajarse y... ¡OH, DIOS MÍO!"

Siguió un silencio y, algunos minutos después, el Capitán dijo:

"Señoras y caballeros, lamento mucho haberlos asustado antes... Mientras les hablaba, una azafata vertió una taza de café hirviendo en mi regazo. ¡Deberían ver ustedes la parte de delante de mis pantalones!"

Entonces un pasajero de clase turista gritó: "¡Eso no es nada! ¡Debería ver usted la parte de atrás de los míos!"

Comentario de un tripulante de cabina tras un aterrizaje menos-que-perfecto:

"Por favor, les rogamos que sigan sentados mientras el Capitán Canguro nos lleva a saltos hasta la terminal".

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