Ha sido tan emocionante lo que me ha pasado hoy…
Estuve en un adivino que me ha leído la mano. Era majo. Bastante majo.
Nada más llegar hemos estado un buen rato de conversación y luego me ha preguntado por qué quería consultarle y qué quería saber. Mientras hablaba me cogía de la mano y me iba mirando las líneas. Luego ha extendido sus cartas en la mesa. Una baraja muy rara que tenía, con dibujos extraños y letras rarísimas.
- Usted tiene una preocupación, ¿verdad?
- Pues sí, claro. Más de una…
- Sí, sí, pero, tiene una que le preocupa más que ninguna.
- Pues sí…
- ¿Y qué edad tiene usted?
- Eso no se pregunta
- ¿Tiene pareja?
- Desde los 18
- ¿Hijos?
- 4. 4 niñas.
- Cuatro niñas
- ¡Eso!
- ¡Huy!
- ¿¿Qué??
- ¡Huyuyuy!
- ¿¿¿Qué??? Por Dios, dígame que ve.
- Aquí veo un problemilla de salud.
- ¡¡No!!
- Sí. Pero no se preocupe, no es grave. Aunque la veo en una cama de hospital. Tal vez tengan que operarla.
- Jo
- Tranquila, no es nada grave. Veo que se recupera.
- Ah, bueno…
- ¡Oh!, ¡Vaya! me sale aquí que va a tener que apretarse el cinturón. Parece que su economía sufrirá un fuerte revés dentro de poco.
- Pues sí que estamos bien. ¿Y de amor qué se ve ahí?
- Veo que tiene un amor muy importante
- Sí…
- Es alguien muy especial para usted
- Sí, lo es…
- Un hombre
- ¿Ah, sí?
- No, no… una mujer
- ¡No me diga!
- No… creo que es un hombre... pero... sensible, muy sensible.
- Sí que lo es... sensible y cariñoso... aunque le gusta poquísimo hablar.
- Él le corresponde, pero…
- Pero ¿qué?
- Veo que tienen problemas
- ¿Sí?
- Sí. Veo problemas de comunicación. Pero no se preocupe, esos problemas se solucionarán. Se solucionarán con mucho… diálogo.
- ¡Ufff! Gracias a Dios
- Esos problemas se solucionarán, pero aparecerán otros nuevos.
- ¿Graves?
- No si sigue mis consejos
- Dígame qué consejos.
- Verá usted, le diré algo… pero no se me asuste, ¿eh?
- Desembuche, me tiene en ascuas.
- Aquí le sale un mal de ojo
- ¿Mal de ojo? ¿Yo?
- No se preocupe, yo puedo hacerle una limpieza.
- ¡Ah! Pues hágamela.
- Son 300 €
-¡Uffff! ¡Qué caro!
- Es por una buena causa: Su tranquilidad.
- Sí, bien mirado sí que es cierto. Lo que pasa es que no llevo tanto dinero encima.
- Tranquila, puede pagarme con la visa.
- Aquí está. Cobre lo que tenga que cobrar.
- 300 € la primera sesión, pero tendrá que volver dentro de siete días.
- Pues me parece que ya ha acertado usted algo.
- ¡No me diga!
- Mi economía ha caído en picado.
- Jajaja ¡Eso ha estado bien! Hasta el próximo jueves. Y váyase tranquila que la voy a dejar más limpia que una patena.