Posted by Carolina on 15 Dic 2016 in Poemas breves
Mis ojos aplaudían
pestañeando aviesos,
al hombre más hermoso de la tierra.
Era un día radiante de septiembre.
Volaban los tesoros
de su viaje estival
y estremecíanse sus manos
en cada arpegio.
Eran tiernas mis palabras
en su oído,
y eran nubes sus ojos
trepando a mis cabellos.